- ¿Por qué elegiste esta profesión?

Cuando tenía 12 años, durante unas vacaciones familiares, conocimos a una familia cuyo padre era Diseñador Industrial. Durante una cena, en una conversación entre adultos para conocer de qué se trataba esa profesión, yo me mantuve atenta porque me dio curiosidad escuchar un trabajo que era completamente desconocido para mí, ahí con un relato de una experiencia personal, comprendì que esa carrera era lo que quería estudiar cuando fuera "grande". 15 años después, ya con unos años de profesión encima, me crucé con Ricardo Romero –con quien trabajo en la misma cátedra en la UNLP- quien me invitó a unirme al Instituto Beltrán. Tiempo después supimos que ese diseñador industrial por quien yo había conocido la carrera de pequeña, casual o causalmente, había sido él.

Durante los últimos años de mi formación universitaria surgió como inquietud aportar a la formación propia y de nuevas generaciones, así que decidí realizar el profesorado y dedicarme a la docencia.

- ¿Cómo fue tu llegada al Instituto Beltrán? ¿Qué se siente formar parte del ITB?

Como mencioné anteriormente mi llegada fue a través de la invitación de Ricardo que trabaja en la misma cátedra que yo en la UNLP. Me presentó la propuesta, me acerqué a conocer el instituto y comencé con las materias Arte y Técnica en 1º y 2º cuando la carrera recién tenía 2 años en el ITB.

El Instituto es un lugar que invita a sumarse para trabajar colectivamente, generar proyectos, con capacidad de crecimiento y formación constante en articulación con el ámbito laboral y el circuito productivo que emerge de la industria local.

- 3) ¿Qué materias dictas en la carrera Diseño Industrial?

Actualmente me encuentro dictando Arte y Técnica I, II y III; Sociología de las Organizaciones y Espacio Institucional III. Estas últimas dos se encuentran articuladas en sus contenidos.

- ¿De que se trata la carrera? ¿Qué mecanismos utilizaron para explicarlo de la mejor manera?

El diseño industrial es una disciplina proyectual que permite intervenir y dar respuesta a necesidades, problemáticas y demandas de nuestra realidad, aportando al desarrollo de objetos, servicios, experiencias e inmaterialidades. Es una carrera muy diversa, amplia y compleja, con un potencial de transformación social y cultural muy grande, que permite construir trabajos de manera colectiva, interactuar con otras disciplinas, profesiones y oficios, relacionarnos con la industria local y las diferentes tecnologías de baja y gran escala de producción.

Como verán hay ciertas complejidades a la hora de explicar el diseño, lo mejor siempre, es tener ejemplos de algunos desarrollos, como por ejemplo el resultado de algunos ejercicios prácticos que se realizan durante la formación en la TECDI o de aquellas producciones que surgen cuando se acerca un comitente para mejorar alguna pieza, producto o sistema de producción.

- ¿Qué abanico de posibilidades tendrán los alumnos una vez recibidos?

La inserción laboral es múltiple, en el ámbito público o privado. Desde trabajar con un emprendimiento propio, en relación con talleres, cooperativas de trabajo, industrias locales hasta formar parte de una multinacional que desarrolle diferentes productos o servicios. Lo importante es tener en cuenta que es una profesión versátil, capaz de adaptarse a cambios culturales, tecnológicos y económicos, con una fuerte impronta en el trabajo colectivo.

- ¿Qué cambios notas en los alumnos con el paso de los años?

Noto un mayor conocimiento de los contenidos de la carrera a comparación de otros años. La mayoría de los y las estudiantes siempre han sido trabajadores, que elegían el Diseño Industrial para capacitarse o formarse en función de aportar a su propio trabajo incluso. Sin embargo, últimamente, comenzaron a ingresar estudiantes que finalizan el secundario y deciden estudiar la carrera porque les interesa, con más preguntas, cuestionamientos y ganas de transformar de alguna manera el entorno que habitamos. Esto nos permite crecer como docentes, es un grupo de trabajo que se encuentra mucho más afianzado y que apuesta a relacionarse con la industria local permanentemente.

- ¿Te gustaría decirles algo a los alumnos del ITB?

Que en el diseño industrial no hay barreras para desplegar la profesión, que es una disciplina camaleónica y que permite explorar diversos universos para evitar caer en la monotonía. Del diseño no sólo se desprende un mundo laboral sino una manera de observar el universo desde otra óptica y con una exigencia constante: ser curiosos y poner los sentidos al servicio de nuestro entorno para poder transformarlo.